“Liturgia del Movimiento” 

Isa Cazorla

Hay gestos que no necesitan escenario para convertirse en rito.
Isa Cazorla posa como quien danza en silencio: sin prisa, sin ornamentos superfluos, dejando que la tela respire, que el cuerpo hable, que la luz decida.

Su vestido —blanco, denso, casi escultórico— no viste: envuelve.
Su turbante no adorna: consagra.
Cada pose es una ceremonia íntima, un acto contenido entre la calma y la tensión del movimiento.

Aquí, la danza no se ejecuta: se sugiere.
La moda no se muestra: se insinúa.
Y la fotografía no captura: testifica.

La serie invita a mirar de cerca ese instante previo al movimiento, ese momento en el que el cuerpo aún no se ha lanzado, pero ya está contando algo.
Una liturgia mínima. Un gesto que se vuelve símbolo.
Una mujer que, sin decir palabra, ocupa el espacio con la fuerza de quien sabe habitarse.

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